Los representantes de la Mesa de Enlace se reunieron esta semana con funcionarios del Gobierno nacional en la Secretaría de Bioeconomía, en un encuentro donde renovaron su confianza en que el presidente Javier Milei avanzará con su promesa de reducir los derechos de exportación (retenciones) al sector agropecuario.
Tras el encuentro, los dirigentes manifestaron que, si bien no hubo anuncios específicos, el diálogo con las autoridades fue fluido y coincidieron en que existe voluntad política de cumplir con el compromiso asumido durante la campaña. La expectativa está puesta en que la baja de las retenciones se concrete en el transcurso del segundo semestre de 2025.
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Castagnani, señaló que “el Gobierno reiteró su voluntad de eliminar las retenciones”, y aunque reconoció que aún no hay un cronograma oficial, destacó que “hay confianza en que esto no se posterga indefinidamente”. Según indicó, el sector necesita señales concretas para planificar la próxima campaña.
En la misma línea, Elbio Laucirica, titular de Coninagro, expresó que “la reunión fue positiva” y que “el Gobierno está en sintonía con los reclamos del sector”. Añadió que se abordaron temas clave como la competitividad, la presión fiscal y el acceso a mercados, y que se mantiene abierto un canal de diálogo institucional.
Desde la Sociedad Rural Argentina, su presidente Nicolás Pino también valoró el acercamiento, aunque señaló que “el campo necesita medidas concretas, no sólo buenas intenciones”. Consideró urgente que se defina una hoja de ruta clara para la reducción de retenciones, especialmente para las economías regionales y producciones de menor escala.
Por parte del Gobierno, el secretario Fernando Vilella encabezó la reunión, acompañado por su equipo técnico. Si bien ratificó que la eliminación de retenciones es un objetivo del plan económico, recordó que el Ejecutivo debe administrar con responsabilidad fiscal y avanzar “de manera ordenada y sostenible”.
En este contexto, el sector agropecuario continúa esperando definiciones. La esperanza se sostiene, pero también crece la presión: con precios internacionales volátiles y altos costos internos, las retenciones siguen siendo un punto crítico para la rentabilidad del campo argentino.